Nueva ley en Texas: “Move Over o Slow Down” y regulación de vehículos autónomos

Texas: “Move Over o Slow Down” y regulación de vehículos autónomos obliga a cambiar de carril o reducir la velocidad ante vehículos detenidos en la carretera y exige permisos para la operación de vehículos autónomos.

“Move Over o Slow Down” y regulación de vehículos autónomos obliga a cambiar de carril o reducir la velocidad ante vehículos detenidos en la carretera y exige permisos para la operación de vehículos autónomos.

El estado de Texas ha dado un paso decisivo en materia de seguridad vial y regulación de nuevas tecnologías de transporte con la entrada en vigor de una legislación que combina dos temas: la obligatoriedad de cambiar de carril o reducir la velocidad ante vehículos detenidos en la carretera y la exigencia de permisos para la operación de vehículos autónomos.

La normativa, que comenzó a aplicarse el 1 de septiembre de 2025, busca reducir los riesgos en carretera y establecer lineamientos claros frente al avance de la movilidad automatizada.

Multas de hasta 4 mil dólares

La primera parte de la ley se centra en lo que en Estados Unidos se conoce como “Move Over Law”, una obligación que ya existe en varios estados, pero que ahora adquiere en Texas un carácter más estricto. Según la nueva normativa, los conductores que circulen por carreteras de múltiples carriles deben cambiarse de carril cuando se acerquen a un vehículo detenido con luces intermitentes —ya sea un patrullero policial, una grúa, una ambulancia, un vehículo de bomberos o incluso una cuadrilla de mantenimiento—.

Cuando el cambio de carril no sea posible por la densidad del tráfico o por razones de seguridad, el conductor está obligado a reducir la velocidad. La ley especifica que, en estas circunstancias, los automovilistas deben circular a 20 millas por hora menos que el límite establecido en vías con velocidades superiores a 25 mph. En el caso de carreteras con límites de 25 mph o menos, la velocidad máxima permitida al pasar junto a un vehículo detenido será de 5 mph.

El objetivo es simple: dar un margen seguro a los trabajadores de emergencia y a cualquier persona que se encuentre en una situación de vulnerabilidad en la carretera.

El incumplimiento de la norma puede costarle caro a los conductores: las multas parten de $1,250 por la primera infracción y pueden llegar a $4,000 si de la conducta peligrosa resulta un accidente con daños o lesiones. En casos más graves, incluso se contempla pena de cárcel.

Herramienta de concientización

La inclusión de sanciones económicas significativas responde a una realidad preocupante: en los últimos años, Texas ha registrado un aumento de incidentes en los que socorristas, policías o trabajadores de mantenimiento han resultado heridos, incluso fallecidos al ser embestidos por conductores que no redujeron la velocidad o no se apartaron.

De acuerdo con datos del Departamento de Transporte de Texas, más de 250 accidentes anuales están relacionados con la falta de cumplimiento de las normas de seguridad frente a vehículos de emergencia.

Las autoridades esperan que las multas actúen como un disuasivo contundente, generando un cambio cultural en los hábitos de conducción. “El costo de una vida no se compara con una multa. Queremos que la gente piense dos veces antes de ignorar una luz intermitente en la ruta”, señaló un portavoz del Departamento de Seguridad Pública de Texas al anunciar la entrada en vigor de la norma.

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Vehículos autónomos: un nuevo frente de regulación

El segundo eje de la ley aborda un terreno completamente distinto pero igualmente crucial: la regulación de los vehículos autónomos (AVs). Con la rápida expansión de la industria tecnológica y el creciente despliegue de pruebas en ciudades como Austin, Houston y Dallas, el estado busca evitar un “vacío normativo” que exponga a los usuarios a riesgos no previstos.

Desde el 1 de septiembre de 2025, todo vehículo autónomo que opere en carreteras texanas deberá contar con un permiso especial otorgado por el Departamento de Vehículos Motorizados (DMV) del estado. Este permiso incluye la presentación de planes de respuesta a emergencias, protocolos de desconexión en caso de fallos y cobertura de seguros adaptada a las características del vehículo.

Sin embargo, la ley incluye una excepción polémica: el servicio de robotaxis de Tesla en Austin queda exento de estas regulaciones, debido a que aún emplea monitores humanos a bordo que supervisan el funcionamiento de los vehículos. Esta exclusión ha despertado críticas de asociaciones de seguridad vial, que advierten sobre el riesgo de otorgar privilegios a determinadas compañías tecnológicas.

Un modelo para otros Estados

El caso de Texas está siendo seguido con atención por otros estados del país. En el terreno de la seguridad vial, la obligatoriedad de moverse o reducir la velocidad podría convertirse en un estándar nacional si demuestra eficacia en la reducción de accidentes. En paralelo, el marco para vehículos autónomos plantea un laboratorio regulatorio en una región que ya es referente en innovación tecnológica y transporte.

Para la industria del transporte de carga y pasajeros, la norma también abre un debate: ¿cómo afectará la combinación de sanciones más duras y requisitos tecnológicos a la logística, al costo de seguros y a la planificación de rutas? Algunos expertos señalan que la aplicación estricta de la ley podría incluso mejorar la reputación de Texas como un estado con carreteras más seguras, lo que a largo plazo beneficiaría tanto a empresas como a conductores.

Seguridad y futuro en las carreteras texanas

La nueva ley de Texas, que une la filosofía de “Move Over o Slow Down” con la regulación inicial de los vehículos autónomos, refleja la necesidad de equilibrar dos prioridades: proteger vidas en el presente y preparar el terreno para la movilidad del futuro. Las multas elevadas, los requisitos de permisos y los debates en torno a la exención de Tesla marcan un punto de inflexión en cómo los estados abordan los desafíos de la seguridad y la innovación en carretera.

Texas se posiciona así como un estado pionero en legislación de transporte, enviando un mensaje claro a los conductores: la seguridad de todos depende de la responsabilidad individual al volante, ya sea frente a una grúa con luces encendidas o ante un auto que se conduce solo

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