La Administración Trump anunció oficialmente la suspensión temporal de la emisión de visas de trabajo para conductores comerciales de camiones, una medida que busca revisar con mayor rigor el sistema de licencias para choferes no domiciliados en Estados Unidos
La Administración Trump anunció oficialmente la suspensión temporal de la emisión de visas de trabajo para conductores comerciales de camiones, una medida que busca revisar con mayor rigor el sistema de licencias para choferes no domiciliados en Estados Unidos. La decisión generó de inmediato un intenso debate en el sector del transporte, uno de los más estratégicos para la economía nacional, aunque la principal organización gremial de camioneros, la American Trucking Associations (ATA), salió a respaldar la iniciativa.
Un giro en la política migratoria del transporte
La pausa en la entrega de visas afecta directamente a los trabajadores extranjeros que aspiraban a obtener permisos para conducir camiones en el país. Estos choferes, en muchos casos provenientes de América Latina, habían sido una pieza clave para suplir la escasez de conductores que afecta a la industria desde hace más de una década.
Sin embargo, la Casa Blanca sostuvo que era necesario revisar el procedimiento, debido a crecientes cuestionamientos sobre la calidad de la capacitación de los solicitantes, la emisión de licencias comerciales (CDL, por sus siglas en inglés) y la supervisión de las empresas contratistas. Según la Administración, la medida busca garantizar que solo los conductores que cumplan con los más altos estándares de seguridad y entrenamiento puedan operar en las carreteras estadounidenses.
Effective immediately we are pausing all issuance of worker visas for commercial truck drivers.
The increasing number of foreign drivers operating large tractor-trailer trucks on U.S. roads is endangering American lives and undercutting the livelihoods of American truckers.
— Secretary Marco Rubio (@SecRubio) August 21, 2025
La postura de la American Trucking Associations
Chris Spear, presidente y director ejecutivo de la ATA, emitió un comunicado en el que apoyó la decisión gubernamental.
“ATA respalda la pausa en la emisión de visas laborales para choferes comerciales y cree que la entrega de licencias comerciales a no domiciliados requiere un escrutinio serio, incluyendo la aplicación de los estándares de capacitación para conductores principiantes. Como mínimo, necesitamos un mejor control sobre cuántas licencias de este tipo se están emitiendo, y por eso celebramos que el secretario de Transporte, John Duffy, haya lanzado en junio una auditoría nacional a nuestro pedido. También creemos que es necesaria una intensificación en la aplicación de regulaciones clave —incluyendo el cumplimiento de las normas por parte de las empresas transportistas— para evitar que actores irresponsables operen en nuestras carreteras”, expresó Spear.
La ATA, que representa a más de 37.000 compañías de transporte de carga, aseguró además que continuará trabajando en conjunto con autoridades federales y estatales para detectar fallas en los sistemas de control y sancionar a los infractores.
Make Trucking Safe Again!
???????? @SecDuffy @USDOT pic.twitter.com/frztxKYjLA
— Golden Advice ???????????????????????? (@RichardStiller4) August 21, 2025
Respaldo político desde el Congreso
La decisión también encontró apoyo en el Senado. El legislador republicano Marco Rubio celebró la medida al señalar que “es hora de priorizar la seguridad en nuestras carreteras y garantizar que quienes conduzcan vehículos de gran porte en Estados Unidos lo hagan cumpliendo los más altos estándares”. Rubio advirtió que, si bien el país enfrenta un déficit de choferes, “no se puede sacrificar la seguridad ni permitir que licencias poco transparentes pongan en riesgo vidas”.
El debate sobre la escasez de conductores
La medida llega en un momento sensible para la industria. Según datos de la propia ATA, en 2024 el déficit de choferes en EE.UU. rondaba los 60.000, una cifra que se proyecta podría duplicarse hacia 2030 si no se adoptan políticas de retención y formación de nuevos trabajadores.
Los críticos de la decisión de la Administración Trump advierten que la suspensión de visas podría agravar los problemas de capacidad en sectores clave, como el transporte de alimentos, insumos médicos y productos industriales. Para algunos analistas, restringir el acceso de choferes extranjeros sin implementar paralelamente un plan de incentivos para atraer a más ciudadanos estadounidenses al oficio podría generar presiones adicionales sobre la cadena de suministro.
Seguridad vial en el centro de la discusión
Uno de los ejes más destacados del anuncio es el refuerzo del control sobre las licencias de conducir comerciales para no domiciliados. El Gobierno subrayó que la auditoría nacional que está en curso busca detectar irregularidades en la entrega de CDLs, con especial atención a la verificación de entrenamientos, historial de manejo y antecedentes de las compañías que contratan a los choferes.
La preocupación por la seguridad vial ha sido un tema recurrente en los últimos años. Accidentes protagonizados por camiones conducidos por operadores con licencias cuestionadas alimentaron el debate sobre la necesidad de elevar los estándares de acceso a la profesión.
Próximos pasos
Mientras se realiza la auditoría, la Administración adelantó que revisará las normas federales de capacitación de conductores y propondrá una nueva reglamentación en los próximos meses. El objetivo, según el Departamento de Transporte, es crear un sistema más transparente y seguro que permita compatibilizar la necesidad de mano de obra con la obligación de resguardar la seguridad en las carreteras.
La medida marca un punto de inflexión en la política migratoria y laboral aplicada al transporte, un sector neurálgico que mueve más del 70% de la carga terrestre en Estados Unidos. Aunque el respaldo de la ATA y del senador Marco Rubio fortalece la posición del Gobierno, el desafío será equilibrar la seguridad con la demanda de choferes en una industria que ya enfrenta presión por los costos, la competencia internacional y la transición tecnológica hacia vehículos más limpios y autónomos.
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